La diferencia con las cervezas de abadía está en la observancia de la estricta regla de San Benito recuperada por los monjes cistercienses de la abadía de La Trappe y que, aplicada a la producción cervecera marca que la cerveza trapense ha de ser fabricada en la abadía o instalaciones asociadas, elaborarse solo por monjes,y los beneficios de su ventase han de revertir en la orden o en obras de finalidad caritativa.